domingo, 3 de enero de 2016

POMPEYA de Paul W. S. Anderson (2014)

La verdad es que cuando fui al cine a ver esta película imaginaba lo que me iba a encontrar, y apenas me equivoqué en mi conjetura. Así vi un film sencillo, con un argumento y guión muy pobre y unos efectos especiales nada sorprendentes para los medios que se cuentan actualmente. La dirección corrió a cargo Paul W. S. Anderson, cineasta británico especializado en películas de ciencia ficción y con un palmaré bastante extenso, en cuanto a producción, guión y dirección de film sin alma. Anderson pertenece a esa generación de directores eclécticos, que dirigen cualquier trabajo que les proporcione una buena taquilla y altos ingresos. 
La película Pompeya recoge las últimas horas de la ciudad antes de la erupción definitiva del Vesubio, donde un joven esclavo gladiador luchará en el coliseo en repetidas ocasiones mientras se va enamorando de Casia, la hija de un rico mercader. Toda la historia transcurre en un fragor de efectos especiales y luchas realizadas, la mayoría de ellas, digitalmente e interpretadas por actores como Kit Harington, Kiefer Sutherland, Emili Browning o Adewale Akinnuoye-Agbaje. 
Un film en el que hay que destacar la mediocridad a que nos tiene acostumbrados el director, que no aporta nada nuevo a este tipo de género tan en boga en la actualidad y que personalmente he de calificarlo como una obra sin emoción, falto de empatía con el espectador y entretenido visualmente, donde Anderson filma un pupurrí de escenas mal conseguidas, entre “Gladietor” y “Titanic”.



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